Dudar es sano. Dudemos, pues.
Vamos a ver: que vivimos en la sociedad del riesgo es obvio. Que la técnica tiene recursos, datos, estadísticas, estudios, valoraciones, criterios y demás, tambien. Pero me pregunto: ¿quién puede asegurar 100%, repito 100%, que pasar el AVE por debajo de la Sagrada Família no conlleva ningun peligro para el monumento? Y cuando digo ningún me refiero a que la más mínima posibilidad de que exista un daño colateral, ni que sea ínfima, es escesiva. Tan sencillo como eso.
Por lo tanto, ante la duda -más que razonable- creo que deberíamos aparcar todos los informes habidos y por haber. No pretendamos cuadrar el círculo por que la ciencia dice que es tecnicamente posible. Puede que sí, pero cabe el error. En este caso la duda proviene de las mismísimas entrañas del sentido común. Hagámosle caso, por Dios.
Si pudiera, me gustaría pedir a los responsables un poco más de imaginación -que es lo que se requiere para solucionar los problemas que parecen indisolubres- y que se abstengan de jugar con fuego. Calibrar los pros está bien, pero valorar los posibles contras es del todo indispensable. Siempre es así, pero en este caso más.
La duda existe, como no puede ser de otro modo. Luego no es viable. Punto. Hay cosas que de sencillas se llegan a complicar, y eso que caen por su propio peso (nunca mejor dicho).
"Travesuras de la niña mala", Vargas Llosa
Estoy sin palabras. Me ha gustado mucho, mucho. Por la manera de contar, por la calidad de los personajes, por la historia, por que me lo regaló alguien muy especial en mi cumple y por otros motivos difíciles de explicar.
Es la historia de una vida sacudida por una relación tormentosa de esas que mortifican y, a la vez, dan sentido a esto de respirar. De las cuales, por mucho que uno se empeñe, no logra nunca salir, a pesar del tiempo y las jugarretas.
Chapeau, mon amies. Chapeau.
Indignada
Estoy indignada.
Mira que me iba a la playa en este preciso momento. Llevo incluso el biquini puesto ya. Mi plan era senzillo, me zampo la comida en quince minutos, pillo la bicicleta y me largo a tumbarme al sol. Pero no. He tenido la mala idea de abrir de mientras el televisor. Y la he cagado, claro está.
El tema es Woody Allen y Barcelona.
Todo lo que he ido pillando de este tema me ha olido de la misma manera: mal. Las impresiones se me han ido acumulando gota a gota, notícia a notícia. Que si la gran recepción por aquí. Que si la multitudinaria espectación por allá. Y para el recolmo cantidad de políticos chupandole el culo, y secuestrando camara. Puaj. Pero la paciencia se ha precipitado mientras comía en plan rápido, con la vista clavada en el televisor y el cerebro apresurando por saborear la brisa marina: resulta que el tío no sólo ha recibido un millon de euros de nuestro santo ayuntamiento sino tambien otro tanto del ministerio de cultura. DE PUTA COÑA, SAÍ CUALQUIERA.
Además se permite, ATENCION, llegar media hora tarde a la rueda de prensa, no conceder oportunidad de ser preguntado por los periodistas, se presenta con una camisa arrugada sin planchar, su gorro playero y para colmo de recolmos admite que no tiene pajolera idea de nuestro idioma. Además, bromea sobre eso afirmando que hace una eternidad que tomó clases de español pero que no se acuerda de nada PORQUE NO ESTABA ATENTO. Hay que joderse. Dice que su pelicula será una carta de amor a Barcelona, y que espera contribuir con ella a la internacionalización de nuestra ciudad.
Pues muy bien, alguien tiene que decirlo, no me importa ser yo aunque de nada sirva: VAYASE A PASEO SEÑOR WOODY ALLEN. Es usted un irrespetuoso. Por ahí ya mas o menos nos conocen sin que usted se haya fijado en Barcelona, comemos cada día, y vivimos la mar de bien. Aun no le he escuchado ni una sola vez darnos las gracias, y no me extraña, aquí parece que de autoestima debemos ir requetefatal, porque si no fuera así, vistos sus modales hubiera recibido usted una patada en el santo culo que sería lo que se ha ganado. Barcelona se merece todas las carta y más, pero desdeluego de alguien que la quiera y la respete de verdad. Eso pasa por atender a las personas, cuidar los modales, disculparse si uno NO SABE hablar el idioma del país y casi diría que pagar por rodar aquí.
Y no hace falta que nos promocione tanto, que su visión de Barcelona está por comprobar cual será, así que de momento, limitese a hacer lo que ha venido a hacer: trabajar.